La verdad es que éste hombre salvo contadísimas ocasiones nunca me ha caído bien. Pero ahora mismo, hará escasos diez minutos, que he leído uno de sus artículos y la verdad es que me ha calado hondo. Lo he leído en el muro de facebook de la Asociación ALBA PÉREZ lucha contra el cáncer infantil, la página de apoyo a una pequeñina que lleva cuatro años y medio luchando contra el cáncer que padece desde que tenía 5 mesecitos.
De Risto Mejide
"Has decidido que te la llevas. La noticia ha
caído como un mazazo sobre la familia. Un mazazo de los que te rompe por
dentro pero te une por fuera. Un mazazo que aplasta cada año más de 200.000
familias sólo en España. Otra familia que se ve obligada a recordar que
sólo se tiene a sí misma cuando alguien se viene o se va.
Has
decidido que te la llevas. No has sido ni para decirlo a la cara. Nos lo
has hecho saber desde tu escondite, la putrefacta caverna microscópica
en la que llevas meses atrincherado, agazapado detrás de un asterisco
que venía en un sobre muy parecido al de las facturas, como si alguien
te hubiera pedido la cuenta, el qué se debe, l'addition.Cobarde, que
eres un cobarde. Mal rayo te parta. Ni un mísero aviso. Ni una
oportunidad. Te presentas como se presentan los delincuentes y los
indeseables, por sorpresa, sin avisar, cuando ya todo es tarde, cuando
ya sólo queda alevosía y nocturnidad. Como si te hubiéramos hecho algo.
Como si alguien en este mundo mereciese algo así.
Porque has
decidido que te la llevas. Vale, muy bien y ahora qué. Nos das la
noticia, nos marcas un plazo, nos amputas cualquier esperanza y aún
tendremos que darte las gracias por dejarnos algo de tiempo para
despedirnos de ella. Nos dejas el tiempo justo para embalsamar tantos
recuerdos que no sabemos ni por dónde empezar. El tiempo justo para no
poder ni llorar.
Que sepas que no vas a llevártela tan
fácilmente. Que sepas que ella piensa plantarte cara hasta el final.
Aunque sea lo último que haga. Piensa aferrarse a lo que le queda de sí.
Y piensa apurar toda estadística por ínfima que sea, como se apura el
último sorbo en pleno desierto, como se estiran esos últimos minutos
antes de que vuelva a sonar el despertador.
Pero sobre todo,
que sepas que no está sola. Ni ahora ni nunca. Ni antes ni después. Su
dolor es el nuestro. Su lucha no se libra sólo en su organismo, sino en
el ánimo de todos y cada uno de los que la queremos, la querremos y la
quisimos alguna vez. Porque en eso consiste querer de verdad, sufrir lo
que se ama y amar lo que se sufre, se esté en el cuerpo de quien se
esté. Pero qué hago contándote esto, tú qué vas a saber, si eso tú no lo
podrás sentir jamás.
Tú has decidido que te la llevas, y
punto. Y eso sí, ahora nos ofreces todo tipo de paliativos. Siniestra
palabra. Eufemismos, tecnicismos inútiles para disfrazar el dolor que
menos duela. Pero duele igual.
Tratamiento, otra palabra que
siempre nos será extraña. Porque esconde lo mismo que esconde cualquier
peluca. Un esfuerzo titánico, cotidiano, íntimo y personal por aparentar
normalidad bajo circunstancias absolutamente extraordinarias.
Por eso, has decidido que te la llevas y puede que al final hasta te la
acabes llevando. Puede que ganes, pero jamás vas a triunfar. Porque hay
cosas que nunca podrás llevarte.
No te llevarás su risa. Porque
su risa puede contigo. Aunque al final te la lleves a ella, su risa se
quedará. Tampoco puedes con su cariño. El que recibe y el que nos ha
dado. Cuanto más se apaga ella, más se ilumina el hueco que deja a su
alrededor. Y por supuesto, no podrás con su recuerdo. Es demasiado
grande para ti. Y para cien más como tú.
Cuídate mucho, porque
esto no ha hecho más que empezar. Detrás de tus malditas 6 letras hay
mucha más gente que sigue luchando todos los días, desde dentro y desde
fuera de la enfermedad. Disfruta aún que puedes. Destruye a discreción
mientras te dure.
Nosotros tardaremos más o menos, nos
dejaremos más o menos por el camino, pero tarde o temprano, tú caerás.
Como cayeron tantas otras antes que tú. Porque vamos a por ti. Y si algo
bueno tiene el ser humano, de las pocas cosas buenas quizás, es que
cuando queremos destruir algo, cuando de verdad nos lo proponemos, es
sólo cuestión de tiempo que lo consigamos. Mira si somos buenos, que a
veces hasta lo hacemos sin querer.
Has decidido que te la llevas.
Ahora mírame fijamente.
Porque a mí, miedo, no me das".
Sin duda, es un artículo que da que pensar y del que se pueden extraer muchas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario