miércoles, 6 de marzo de 2013

Todo puede cambiar en cuestión de días

Hola blogueras.
El lunes pasado durante mi visita al hospital recibí un par de noticias de esas que no son plato de gusto para nadie. En su momento no os lo conté a través del blog porque le estaba dando muchas vueltas a la cabeza y preferí distraerme en mis obligaciones semanales para no caer en la llamada "sobreimplicación".
Así pues, hoy que ya lo tengo bastante asimilado os contaré cuales fueron aquellas noticias que hicieron que por un momento se me encogiera el corazón (ya sabéis que una de mis premisas principales es no dar datos que puedan llevar a la identificación de mis pelones JAMÁS, su privacidad y anonimato es lo primero).
Como cada lunes, antes de comenzar mi visita semanal en el hospital, me reuní con mi coordinadora para que me informara un poco sobre los peques que me tocaba visitar. Me informó y demás y me comento también que esta vez ya no iba a ir sola que a partir de este mes de marzo, de nuevo iba a tener compañera de aventura. Pues bien, mientras llegaba mi compañera me fui a visitar a los peques de hospital de día y todo genial, hablando con los papis, viendo a los peques... Al rato me fui de nuevo a hablar con mi coordinadora para que me dijera los niños que habían en planta y ,ya de paso, me quedé esperando a mi compañera para subir las dos juntas. En eso que llegó mi compañera, nuestra coordinadora nos presentó, y mi compañera le preguntó por los peques. Ahí es cuando llegaron las malas noticias... 2 recaídas con un pronóstico no muy bueno.
La verdad es que tanto mi compañera como yo nos quedamos heladas, pues en ambos casos parecía que la cosa estaba yendo bastante bien. Pues no era así. Una de las peques ya lleva 2 trasplantes y parece ser que en este segundo trasplante tampoco a tenido suerte. El caso es que el otro día cuando vi que le estaban trasfundiendo plaquetas y vi el humor que tenía la nena ya me quedé un poco mosca, pero no me quise precipitar en mis sospechas, que al final y por desgracia, han sido ciertas.
En cuanto a la otra peque, es con la que me llevé más sorpresa todavía, pues la semana pasada coincidió mi día de hospital con el día que le tocaba a ella la visita de control y la ví estupenda. Se estuvo riendo hasta la saciedad, estuvimos jugando a las peluqueras, a las cocinitas, a pintar... Pocas veces había visto a una niña reírse tan agusto. Y la sorpresa llegó a los 2 o 3 días de la mano de los resultados del aspirado de médula que le hicieron: una recaída.
Muy injusto, esto es muy injusto. Como ya os he dicho antes, en el momento que me enteré de la situación de estas dos peques el corazón se me hizo un poquito más pequeño y dándole vueltas estos días, recordé una frase que me dijo un día una muy buena amiga: Para adelante nena, siempre para adelante. Hacia atrás ni para coger impulso.
Y eso es lo que voy a hacer tirar para adelante con la misma fuerza y las mismas ganas que he tenido hasta ahora, no solo por ellas dos, sino por todo el resto de peques que se encuentran en su misma situación o en situación parecida. Así que mi meta es muy clara: hacer todo lo que está mis manos para que a pesar de todo  conserven esa sonrisa que los hace únicos y especiales.
¡Ánimo pelones, estamos con vosotros!


Sheila.

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